Al Gobierno se le cae su vergonzosa explicación del apagón


Ha pasado más de un mes desde el apagón general que dejó a oscuras durante horas a un país de Europa Occidental y nadie en el Gobierno ha asumido la responsabilidad del mismo, ni mucho menos ha dimitido, por supuesto. Pero no sólo eso, sino que este ha intentado armar una vergonzosa explicación ficticia para salvar la cara. Pero le ha salido el tiro por la culata.
Como se recordará, ya desde el día siguiente a la catástrofe, Pedro Sánchez culpó o bien a un ciberataque, o bien a las «empresas privadas», es decir, las eléctricas. Un dardo que iba dirigido claramente contra Iberdrola -cuyo presidente, Ignacio Galán, ha sido de los pocos empresarios españoles que ha alzado la voz contra las tropelías de Moncloa- y, en menor medida, contra Repsol. Ni una alusión a Red Eléctrica (Redeia), el gestor del sistema y, por consiguiente, principal responsable de sus fallos.
Una vez que no había manera de sostener la ficción del ciberataque (nadie lo había reivindicado ni pedido nada a cambio, vaya criminales más raros), el Gobierno buscó una triquiñuela vergonzante que denunciamos en OKDIARIO: repartir las culpas entre varios para así no tener la culpa ninguno.
Relato inventado
Es decir, se trataba de inventarse un relato que dijera que, en vez de un fallo muy grande, hubo varios pequeños, ninguno de ellos de suficiente entidad para tumbar la red, pero todos ellos en conjunto sí. De esta forma, ninguna de las centrales que supuestamente fallaron tendría la culpa y no asumiría responsabilidades. Y tampoco Red Eléctrica porque la perturbación superó los mínimos que establecen los protocolos de operación, en cuyo caso se desconectan automáticamente las centrales.
Detrás de esta operación bochornosa había dos motivos: uno, que el Gobierno no tuviera que asumir ninguna responsabilidad en el apagón y, por tanto, que nadie tuviera que dimitir, ni siquiera la ínclita Beatriz Corredor, presidenta socialista de Red Eléctrica; y dos, que nadie tuviera que pagar indemnizaciones, porque nadie tuvo toda la culpa. Y se esperan reclamaciones milmillonarias por el apagón.
Así, puso en marcha el plan con una explicación de otra preclara, la ministra Sara Aagesen, en el Congreso en la que aludía a tres fallos simultáneos en Badajoz, Sevilla y Granada. Una explicación que no se sostiene, según los expertos, porque lo normal sería que esos fallos fueran consecuencia uno de otro, y la responsable de evitar que se extendieran es Red Eléctrica.
Las eléctricas se niegan
Pero claro, para que este complot saliera adelante, el Ejecutivo requería la cooperación necesaria de las eléctricas, que debían asumir la responsabilidad de cada uno de esos tres presuntos fallos.
Para convencerlas, les ofreció varios caramelos. Primero, el Gobierno prometió no investigarlas (no mandarles inspectores) y fiarse de los datos que han enviado para esclarecer el apagón. Segundo, suavizar la revisión de la retribución del sector, pese a que es responsabilidad de la teóricamente independiente CNMC. Y tercero, plantear la división de Red Eléctrica en dos, un operador del sistema y un gestor de la red de transportes, una vieja demanda del sector para evitar la politización del operador.
Pero al Gobierno le ha salido el tiro por la culata y las grandes eléctricas han rechazado esta propuesta indigna de un país desarrollado. Han insistido en que se investigue la verdad de lo ocurrido, a ser posible por alguien independiente y no por Entso-e, la patronal de los equivalentes de Red Eléctrica en Europa, y en que ellas actuaron correctamente.
Guerra abierta
“La responsabilidad de controlar las sobretensiones es de Red Eléctrica”, aseguró el jueves Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España, delante de la propia Corredor. “No quería entrar al trapo, pero somos una empresa de 125 años de historia y tenemos una reputación que cuidar. Lo que hay que aportar son datos, no relatos”, le espetó.
Y es que el rechazo del sector al cambalache de Sánchez y Aagesen ha devuelto al Gobierno a la casilla de salida, es decir, a echar la culpa a las eléctricas. En el foro donde intervino Ruiz-Tagle, Corredor ofreció la siguiente explicación. Da un poco de cosa por la ignorancia de esta señora, pero no tiene desperdicio:
Vea aquí las explicaciones de Beatriz Corredor
Lo de N-1 tiene gracia, porque ese protocolo de seguridad lo que te dice es que tienes que desconectar si se te cae la central más grande (una nuclear o ciclo combinado), no la más pequeña como un parque fotovoltaico. Y una investigación de la Universidad de Oviedo encuentra que la red no cumplía los mínimos de seguridad el día del apagón, como publicó ayer este periódico, pese a la explicación del Gobierno. Pero a Corredor le da igual y sigue las instrucciones de quien le ha nombrado al pie de la letra: la culpa es de quien no cumplió las órdenes del médico, de quien no se tomó las pastillas, o sea, de las eléctricas.
Por tanto, se avecina una cruenta guerra en la que el Gobierno va a intentar culpabilizar al sector con la colaboración del citado Entso-e, que es «arte y parte» en palabras de José Bogas, consejero delegado de Endesa. Todo por no asumir una responsabilidad que es únicamente suya. Ya se sabe que dimitir es un nombre ruso.